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Centerlining: qué es y cómo funciona

En este artículo, el autor explica cómo las herramientas y configuraciones de "centerline" pueden reducir la variación en los procesos y evitar tener que buscar constantemente ajustes al estilo de MacGyver

Durante una jornada laboral ordinaria, y en el caso particular de las personas que tienen cierta responsabilidad en un proceso de producción, se invierte una parte significativa de tiempo a resolver problemas. Es tanto así que a estas personas se les conoce habitualmente como “apagafuegos”.

En muchas ocasiones, estas actividades de resolución de problemas están dirigidas a enfrentarse a situaciones inesperadas como pueden ser averías, fallos de suministro de electricidad, …, pero en muchas otras se trata de la repetición de un evento sucedido anteriormente y que no fue resuelto definitivamente. Esto suele ser una manifestación clara de que en la resolución de problemas habitual en nuestro día a día no solemos profundizar lo suficiente en la búsqueda e identificación de las causas raíz con el fin de conseguir su eliminación definitiva.

Esta situación se ve reforzada o agravada por un hecho que puede haber llegado a arraigar en la propia cultura de las empresas. Se trata de la evidencia de que invertimos mas tiempo en encontrar una buena excusa que justifique la aparición de un problema, en vez de dedicarlo en profundizar en la búsqueda del conocimiento que nos conduzca a la identificación de su causa raíz. Esto identifica a las empresas tradicionales de las excelentes en términos de gestión.

Pero esta situación no se debe únicamente a la característica humana de querer ser resolutivos al estilo de MacGyver (personaje televisivo muy conocido que se caracterizaba por superar problemas de maneras muy creativas sin la necesidad de llegar al fondo de la cuestión), sino que la propia organización de una Empresa puede favorecer este tipo de comportamientos. ¿Quién no se ha encontrado con alguna de las siguientes situaciones?:

Y esto infiere al proceso una característica muy peligrosa desde la perspectiva de proveedor de piezas: las piezas que se estaban obteniendo antes del reajuste de las condiciones, ¿son buenas o no? En el caso de que sean buenas, ¿por qué he cambiado las condiciones? ¿son mejores que las de mi compañero del turno anterior? En el caso de que sean malas, ¿por qué el responsable del turno anterior no las ha cambiado? ¿He cambiado las condiciones correctas? ¿Por qué se siguen aceptando las piezas obtenidas por él como buenas?

El impacto que tienen todas estas actividades sobre el proceso es la aparición de un GAP entre el resultado esperado y el realmente obtenido que suele manifestarse en un rendimiento del proceso netamente inferior al esperado. Y este gap no siempre tiene una justificación claramente identificada, pero sí conducen a la inestabilización de los procesos y, por lo tanto, a dificultar la consecución del just-in-time requerido por el cliente.

Para abordar este problema, podemos utilizar los principios recogidos en el Lean thinking para la identificación y análisis de las pérdidas de un proceso, y cuya aplicación nos puede conducir a la senda del éxito operacional.

En primer lugar, hemos de ir al genba (“lugar” donde suceden los hechos), se ha de identificar el genbutsu (la “cosa” objeto de la investigación) y el entorno en el que ocurren los hechos, y capturamos la “realidad” (ó genjitsu) a través de los síntomas que manifiesta el problema. En este punto habremos identificado lo que se conoce como las “tres realidades” ó “three actualities” y en algunas organizaciones como 3G, 3Gen ó San Gen Shugi:

 

No cabe duda que obtener información acerca de las 3 “actualities” nos conducirá a una mejor comprensión acerca del proceso que intentamos resolver. De hecho, Taiichi Ohno, proponía llevar a la práctica esta metodología a través del archiconocido “círculo de Ohno”.

Una vez capturadas las 3G, se han de enfrentar a lo que nos dicen los principios y leyes fundamentales (físicas, químicas, …), muchas veces identificadas como la “teoría” (genri), relacionados en el proceso con el fin de establecer claramente un gap. Sin embargo, se ha de establecer un paso previo esencial para tener toda la información antes de enfrentarnos al problema adecuadamente, y es el cumplimiento o no del gensoku, que incluye los estándares requeridos o condiciones básicas establecidas para este proceso. En este momento, hemos identificado lo que se conocen como los 5Gen ó 5G por algunas organizaciones, requeridos para la resolución eficiente de problemas.

 

Éste último “gen” es el que hace referencia a la problemática presentada al inicio y que suele hacer referencia al proceso conocido como “Centerline ó Centerlining” y que consiste en asegurar el resultado esperado de un proceso a través de la determinación y ajuste de las variables que afectan al mismo y que conducen a un resultado estable entorno al valor esperado (centerline); es decir, el aseguramiento de la calidad de producto a través del proceso.

La idea básica del centerline pasa por las siguientes etapas:

Una vez tengamos el proceso bajo control, es necesario determinar cómo actuar en el caso de una anomalía o perturbación de manera que se establezcan claramente los roles y responsabilidades ante el reajuste de un determinado proceso. Así, un operario de línea ha de tener claro qué variables puede modificar y en qué magnitud, y bajo qué circunstancias. En el caso de que su manipulación no sea exitosa, deberá poder escalar su solicitud al, por ejemplo, responsable de línea, quien tendrá bajo su responsabilidad la potestad de poder variar otra serie de variables o en un rango mayor. Y si este último caso, no fuera suficiente, debería poder escalar el requerimiento de reajuste a, por ejemplo, el responsable de turno, quien normalmente, y en coordinación con ingeniería o el responsable de procesos, podría tener a su disposición todas las variables importantes del proceso para tomar la decisión más adecuada. En cualquier caso, e independientemente del nivel al que llegue la petición de restablecimiento de las condiciones operacionales, es importantísimo canalizar esta información con el fin de alimentar el know-how sobre el proceso con el fin de anticiparnos a futuras anomalías o de mejorar el funcionamiento de nuestros procesos sin estar continuamente reinventando la rueda como parece que estamos haciendo como indicaba al inicio de este documento.

Con todo ello, podremos conseguir que el resultado exitoso de un proceso se consiga a través del propio proceso y no de la continua, pero a veces errática, intervención persistente de los operarios. El valor añadido de los operarios no podemos esperarlo en estas circunstancias sino llevando al proceso a un nivel superior de excelencia a través de la mejora continua.

Severino Abad
Lean Coach en el Instituto Lean Management de España

Extraído de: Planet Lean