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Método Lean en el sector agro-alimentario

La mejora continua es esencial en cualquier proceso productivo y la agricultura es un sector en el que se ha puesto de manifiesto de manera muy evidente. De hecho, durante los últimos 20 años los agricultores han estado sometidos a una presión constante para reducir sus costes.

Sin embargo vamos a dejar a un lado lo que supuso para la productividad de la agricultura el proceso de mecanización constante seguido desde finales del siglo XIX, y los resultantes de la llegada de la Revolución Industrial y el desarrollo de máquinas más complejas, que sitúan a la agricultura como uno de los procesos con más cambios y mejoras a lo largo de la historia de la humanidad (desde el Neolítico, ni más ni menos).

Evidentemente la gestión de la producción agrícola no sólo se puede optimizar con la mejora en las máquinas sino también con la planificación adecuada de cultivos, control de todas las fases de la producción, control de los costes y su disminución por medio de la eficiencia de los procesos, rendimiento de los equipos, tiempos de trabajo de las máquinas, control de tareas, calidad, etc., es decir, hablamos de la integración de un Sistema Lean en su globalidad.

Se disipan pues las dudas sobre si el Sistema Lean es aplicable a la agricultura.

Los desafíos del sector agrícola en la mejora de la productividad

El agrícola es un sector en el que la demanda puede variar debido a factores económicos, de consumo, geopolíticos, y principalmente condicionado por una oferta global dependiente de la superficie cultivada, de factores tecnológicos, climatológicos y biológicos.

Actualmente cada año la producción está asegurada con cultivos en invernaderos, a los que se aplicarían productos fitosanitarios, fertilizantes más eficientes y riegos más controlados. Esto ocasiona que la oferta y el volumen producido sea cada vez mayor y obliga a que los productores sean más competitivos ajustando sus márgenes.

De ahí provienen los desafíos que tiene la agricultura en materia de productividad que vienen dados por factores relativos a la variabilidad estacional, la logística y el almacenamiento, el procesado de los productos, etc.

Tanto en las primeras fases de producción en los cultivos, como sobre todos en las fases finales de almacenamiento, selección y envasado en los almacenes, la aplicación de las herramientas de Lean Manufacturing nos pueden dar buenos resultados, pero lo para ello es necesario saberlas identificar y capitalizar.

Las reducción de las mermas de producto, y el mantenimiento de la calidad final tras las fases de manipulado y/o el paso del tiempo tras la recolección, son aspectos que pueden abordarse desde un análisis de los flujos de material y de información, que nos ayuda a mejorar y acortar el lead time de nuestros procesos.

Por otro lado debemos llevar al origen la gestión de la calidad procurando que el producto llegue conforme a los almacenes y de esta forma no incrementar los costes.

Asimismo, en un entorno donde la estacionalidad del trabajo y la rotación de los trabajadores es tan alta, la estandarización se convierte en una herramienta fundamental para mejorar las prácticas y mantenerlas en cada campaña de manera consistente.

De aquí se deriva la necesidad de aplicar de herramientas de mejora Lean Manufacturing para reducir desplazamientos, las esperas, los retrabajos, el sobreproceso, los stocks, la sobreproducción y los movimientos, y así mejorar los costes de producción. Para ello hay que trabajar previamente en el análisis de los procesos de siembra, poda, preparación del terreno, recolección, tratamientos y riego

Cualquier fruta u hortaliza que nos encontramos en una tienda o en un supermercado ha pasado por el Sistema Lean, que hace posible que haya mucha más calidad y menos desperdicios.

Y esto es así ya que en cualquier análisis de la productividad del sector agrícola surgen varios tipos de problemas en cada uno de los niveles, tanto a nivel de trabajadores, debido a la baja formación en general, y sobre todo de conceptos básicos asociados a la productividad y a la mejora de rendimientos; fallos de comunicación y coordinación, etc. algo que se reproduce también en los niveles intermedios.

 

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Extraído de: Agro ENAE 12/06/17